Un agridulce Día Internacional de la Danza

En lo que va del año 2013, las celebraciones han tenido un sabor agridulce. La situación política y compleja que ha vivido el país desde inicios de este año (incluso desde finales del año pasado) ha mantenido al margen de la incertidumbre las actividades culturales en la ciudad como la Feria de Teatro de Caracas, la Feria Internacional del Libro (Filven), conciertos de artistas nacionales y extranjeros, por nombrar algunos eventos artísticos.

El pasado 19 de abril se celebró el 30 aniversario del recinto cultural más importante de nuestro país, el Teatro Teresa Carreño. Su celebración pasó desapercibida. Algunas manifestaciones en redes sociales lo recordaron, mientras que artículos en prensa nacional desdeñaron la situación actual del Teatro, enfatizando el lado político y obviando el trabajo artístico que, a pesar de las circunstancias, se mantiene y se espera proyectar dentro de una programación que no ha podido cumplirse cabalmente, por las mismas razones políticas que mantienen a nuestro país en un dudoso equilibrio.

Ballet y Coro son los dos cuerpos artísticos estables que trabajan dentro de la institución para la realización de producciones propias, siempre de calidad. Su trabajo es constante y arduo, y no merma a pesar de la cancelación o postergación de espectáculos, como sucedió el pasado 27 y 28 de abril, fecha (pospuesta para mayo) en la que se realizarían dos únicas funciones para celebrar los 30 años del TTC.

La danza, no es ajena al problema, no solo el Ballet Teresa Carreño (BTC) se ha visto afectado. Hoy 29 de abril, según lo declaró la Unesco en 1982, se celebra en todo el mundo el Día Internacional de la Danza.

Celebrarlo en Venezuela también deja un sabor agridulce. Fundarte, la Alcaldía de Caracas, el Instituto de las Artes Escénicas y Musicales (IAEM) y el Ministerio Popular para la Cultura han preparado un programa que abarca teatros y espacios abiertos del centro de la ciudad con la participación de agrupaciones de danza de distintos estilos para celebrar el arte del movimiento. Una propuesta que se aplaude y que esperamos sea tan concurrida como otras propuestas culturales que ha disfrutado la ciudad.

Sin embargo, más allá de danzar y celebrarlo, la realidad actual de los artistas de la danza no es para festejar.

Se deben reconocer algunos logros en nuestro país con respecto al tema. Hoy día existe la licenciatura en danza, con distintas menciones, en la Universidad Nacional Experimental de las Artes. El IAEM y el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, crearon en el 2006 la Compañía Nacional de Danza (hoy Centro Nacional de Danza) con dos elencos estables: danza contemporánea y danzas tradicionales. No obstante, el arte del movimiento, en puntas o a pie descalzo, no goza hoy día del brillo y la importancia que tuvo en los años ochenta. Las razones son diversas.

De las tres compañías de ballet que funcionaban en la ciudad, hoy sólo se mantiene activa una. El Ballet Contemporáneo de Caracas, dirigido por María Eugenia Barrios, cerró sus puertas en el 2009, disminuyendo oportunidades de trabajo para los bailarines, además de reducir la oferta cultural y la salida del escenario de “Ven a Danzar” un espectáculo didáctico que contaba y explicaba la historia de la danza. 

El Ballet Nuevo Mundo de Caracas dirigido por Zhandra Rodríguez, uno de los personajes más resaltantes del ballet en nuestro país, quien bailó con los bailarines más importantes de su época y llegó a ser una de las figuras principales del American Ballet Theatre de Nueva York, ha servido al país durante 32 años, en una labor de sensibilización que ha recorrido todos los estados de nuestro territorio. El BNM no ha podido cumplir con sus pagos a los bailarines y demás trabajadores de su institución desde noviembre de 2012, razón por la que tuvo que cancelar las funciones de su 32 aniversario que se realizarían en la sala Ríos Reyna del TTC ese mismo año, y razón por la que en 2013 aún no se han reincorporado a sus actividades.

Con respecto a la danza contemporánea, es admirable la labor que lleva a cabo el Centro Nacional de la Danza con un cuerpo de baile cada vez más fortalecido, sin embargo, las situaciones que presentan las agrupaciones independientes de danza contemporánea no gozan del mismo privilegio. Carencia de espacios para ensayos, presupuesto insuficiente que afecta la realización de proyectos, ausencia de una estabilidad laboral que beneficie a los artistas en cuanto a remuneraciones y seguridad social, son algunos de los aspectos que aquejan esta rama de la danza.

El 29 de abril es fecha para celebrar porque los bailarines no hacen pausas, pero no deja de ser un recordatorio de la desazón que conlleva el festejo. La danza venezolana celebra a pesar de sus circunstancias, pero debe hacer un esfuerzo por engranar y organizar a todos sus actores (bailarines, coreógrafos, directores, maestros, gestores, incluso periodistas). Debemos entender que el cambio se da a partir de la organización, y como buenos artistas, de la diversidad de pensamiento. Sean cuales sean los medios, el objetivo debe estar dirigido siempre hacia el trabajo en conjunto y articulado, con el fin de fortalecer el gremio y generar arte capaz de involucrarse y participar activamente en los cambios y el desarrollo cultural de la región.