Nina Nikanorova, bailarina, fundadora de los estudios de ballet clásico en la ciudad de Valencia y maestra de destacados artistas venezolanos de la danza, falleció el pasado domingo 22 de diciembre en la ciudad de Miami, Estados Unidos, a donde viajó a pasar junto a sus familiares las festividades navideñas. Nikaronova fue una destacada bailarina formada en la escuela rusa del ballet clásico, emigró a Carabobo en 1947 y en esta ciudad fundó la Escuela de Ballet que lleva su nombre.
Nacida en Tver, Rusia, a los ocho años de edad inició estudios de danza en la Escuela de Ballet de Kalinin. Con quince años ingresó a la Compañía Bebutov Arbenin con la cual viajó por Rusia y países limítrofes como solista. De 1941 a 1943 dirigió la Academia de Bellas Artes en la ciudad de Brestlitovsk. Al iniciarse la II Guerra Mundial viaja a Alemania y Austria donde integra una pequeña compañía en Salzburgo hasta 1947 cuando, con centenares de migrantes, se traslada en barco hasta Puerto Cabello.
El pintor fallecido Braulio Salazar, quien fue su amigo, la describía como una mujer bella, fuerte de carácter y arriesgada. Estas características hicieron que a los pocos días de haber desembarcado montara un espectáculo de ballet clásico y danzas tradicionales rusas en el Teatro Municipal de Puerto Cabello. El presidente del estado, Manuel García Guevara, quien asistió a la presentación, la nombró esa misma noche directora y profesora de ballet de la Escuela de Bellas Artes del Estado Carabobo. En reconocimiento a su obra y larga trayectoria, esta institución lleva su nombre. Nikanorova se entregó a tiempo completo a formar artistas en una ciudad en la que no había tradición de danza, en medio de dificultades y prejuicios.
La Escuela de Ballet “Nina Nikanorova” fue fundada en 1948 bajo la dirección de la maestra y más tarde conformó el homónimo Conjunto Coreográfico, con la finalidad de promover y difundir las actividades artísticas con los egresados y estudiantes más avanzados de la Escuela. Desde los años setenta, sus alumnos han participado en competencias y escenarios nacionales e internacionales de ballet, lo que ha permitido que muchos de sus pupilos hagan de la danza una importante profesión. Fue reconocida con el Premio Nacional de Danza en 2003.
En los últimos años, su salud había desmejorado pero para celebrar sus 90 años de edad viajó a Miami donde residen sus familiares. Su cuerpo será cremado y sus cenizas serán traídas a Valencia donde las instituciones culturales le rendirán un merecido homenaje.