Mensaje del Día Internacional de la Danza 2014

Se acerca el Día Internacional de la Danza. Como todos los años, un representante de este arte a nivel mundial envía un mensaje abierto para recordar por qué celebramos este día. El coreógrafo francés Mourad Merzouki ha sido el encargado de escribir el manifiesto de este 2014

Desde 1982, por decisión de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura (Unesco), quienes nos dedicamos al arte de danzar, celebramos el Día Internacional de la Danza el 29 de abril. Este día reúne a diversas agrupaciones, compañías, instituciones, coreógrafos, bailarines, maestros y estudiantes de numerosos estilos de danza, en un marco de actividades para conmemorar, compartir y difundir la danza como expresión artística presente en todas las sociedades alrededor del mundo.

Mourad Merzouki, coreógrafo y bailarín frabcés, es director de la Compañía Käfig, que mezcla diferentes estilos de danza, principalmente el hip- hop; es también el actual director del Centro Coreográfico Nacional de Créteil.

Con este mensaje, Danzavoces se une oficialmente a la celebración de la danza a propósito del marco de las actividades que se realizarán el próximo 29 de abril. Que sirvan las palabras de este manifiesto como abreboca del sentir por el que toda la comunidad de bailarines en nuestro país se reunirá a celebrar, en una fiesta a la que están tod@s invitad@s.

¡Que se escuche la Danza!

Foto de Jess Blalek tomada del portal web danceinforma.com
Foto de Jess Blalek tomada del portal web danceinforma.com

Traducción: Arantxa Azurmendi

“Todo artista se enorgullece de su arte. Todo artista defenderá siempre la expresión artística cuyo descubrimiento le ha cambiado la vida; aquello que ha buscado y perdido, y que desea ardientemente compartir: sea el eco de una voz, una palabra recién descubierta, la interpretación de un texto para la humanidad; la música, sin la que el universo dejaría de hablarnos; o el movimiento, que abre la puerta a la gloria.

En mi caso, como bailarín, siento por la danza no sólo el orgullo del bailarín y del coreógrafo, sino también una profunda gratitud. La danza fue el golpe de suerte de mi vida. Se ha convertido en mi ética, a través de la disciplina, y me ha proporcionado los medios para descubrir el mundo a diario.

Siendo lo más íntimo que hay en mí, me da fuerza cada día por medio de la energía y la generosidad que sólo la danza puede dar. Su poesía me reconforta.

¿Podría decir que yo no existiría sin la danza? ¿Sin las posibilidades de expresión que me ha dado? ¿Sin la seguridad que he encontrado en ella para superar mis miedos, para evitar callejones sin salida?

Gracias a la danza, inmerso en la belleza y la complejidad del mundo, me he convertido en ciudadano. Un ciudadano peculiar que reinventa los códigos sociales en cada uno de sus encuentros, permaneciendo fiel a los valores de la cultura del hip-hop, que transforma la energía negativa en una fuerza positiva.

La danza es una fuente diaria de orgullo. Pero de un orgullo que, en la actualidad, vivo con una profunda inquietud. Observo a mi alrededor la pérdida de rumbo y la incapacidad de los jóvenes de la clase trabajadora, que crecen en tensión y frustración, para imaginarse su futuro. Yo soy uno de ellos; lo somos todos. Puede que, comparado con otros, sienta con más fuerza el impulso de, sirviendo como ejemplo, ayudarles a alimentar su deseo de vivir.

Porque, ¿no se enriquece la sociedad con la riqueza de cada uno de nosotros?

La cultura une más que ningún otro discurso. También el valor y asumir riesgos, a pesar de los obstáculos y el odio con los que, sin duda, te encontrarás; la belleza del mundo siempre estará a tu lado. Como lo ha estado la danza para mí. Con su singular fuerza para eliminar las diferencias sociales y raciales, quedando sólo el movimiento de los cuerpos en su esencia; los seres humanos convertidos, de nuevo, en pura expresión, excepcional y compartida.

Querría terminar con una cita de René Char, cuyas palabras me recuerdan a diario que no debemos permitir que nadie nos asigne papeles fijados de antemano.

Explora los límites de tu suerte, agárrate con fuerza a tu buena fortuna y arriésgate. Se acostumbrarán a ti’.

Así que, experimenta, fracasa, comienza de nuevo, pero, por encima de todo, ¡baila, nunca dejes de bailar!”.

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