Del 13 a 25 de octubre del 2015 se realizó el I Festival Internacional de Danza José Limón en el Teatro Joyce de Nueva York. Organizado por la Fundación José Limón, el evento reunió compañías de danza, conservatorios y universidades de ocho países, en torno a la celebración del 70 aniversario de Limón Dance Company.
El Festival, que muestra la variedad y profundidad de la visión humanista de este maestro y coreógrafo, tuvo como invitada a la compañía venezolana Coreoarte, fundada en 1983 bajo la dirección de Noris Ugueto (m. 2014) y de Carlos Orta (m. 2004).
Los representantes por parte de Coreoarte fueron Terry Springer y Carolina Avendaño, quienes interpretaron Chaconne, coreografía de José Limón creada en 1942. La encargada de acompañarlos en parte de la preparación para este proyecto fue la canadiense Roxane D´Orleans Juste, directora artística asociada de Limón Dance Company, con quien Danzavoces tuvo la oportunidad de conversar durante su visita a Venezuela en junio del presente año.
DV: ¿Cuál es la intención del Festival?
RD: El Festival es una oportunidad para diseminar internacionalmente el trabajo de José Limón y para comisionar, a través de otras compañías del mundo, piezas del repertorio. Se hace una invitación a las distintas agrupaciones, se escoge la pieza que van a bailar y se otorgan los derechos de la misma por dos o tres años, contando con la muestra del trabajo en el Joyce Theater.
DV: ¿Qué determinó la participación de Coreoarte con la pieza Chaconne y sus intérpretes?
RD: Junto a Noris Ugueto, se escogió Chaconne por ser una oportunidad para que los bailarines más experimentados de la compañía pudiesen mostrar su potencial y labor artística. La pieza es increíble en su trabajo interior y al mismo tiempo habla en sentidos universales de lo humano. Es muy clásica y barroca en su estilo, necesita un punto de madurez.
Aunque la forma es muy clara, hay espacio para que Terry y Carolina digan las cosas a su manera. Porque con Limón (la técnica) el movimiento es un lenguaje expresivo que cuenta algo en este momento, no en 1942, sino lo que cuenta hoy.
DV: ¿En qué consiste el trabajo de la técnica Limón?
RD: En el trabajo de Limón hay un sentido de oposición en el cuerpo y en el espacio, después de esta acción, hay un reflejo de libertad. Con esta noción, para exprimir tal libertad, él utiliza al mismo tiempo el ritmo y la respuesta en el piso. Cada parte de su cuerpo representa un instrumento diferente. Limón hablaba del cuerpo como una orquesta, en cada bailarín debería estar un músico y en cada músico un bailarín. Además involucraba una cuestión espiritual que tiene que ver con la tierra, la energía, el sol. Sin embargo, lo más importante para Limón, pienso, es la idea de la comunidad y cómo los artistas y las personas se influencian unas a otras. Carlos (Orta) estaba muy claro en esto también, exprime su idea en el concepto de comunidad.
DV: ¿Cuál es la importancia del trabajo de Coreoarte a través de la técnica Limón?
RD: La obra de Carlos y Noris es muy importante en Venezuela. Yo sé que el movimiento de Coreoarte es diverso porque Carlos trasmitió todo su conocimiento, todas sus raíces con el país, con la cultura, y todas las influencias que traía de lo indígena, de lo latino. Él busca una razón para continuar, para conversar con el movimiento. Coreoarte continúa en esa exploración, debemos apoyarnos para seguir con la claridad de esta filosofía.
DV: ¿Cuál es la importancia de conservar un legado como el de José Limón?
RD: Yo soy una persona que vive esto, llevo 20 años en Limón Dance Company. La gente se preguntará por qué continúo tantos años en la misma dirección, y es que para mí cada pieza que se hizo antes de que yo llegara tiene algo por descubrir, el por qué se hizo para ese tiempo. Me pregunto, ¿es verdad que regresan los mismos problemas, las mismas situaciones? La respuesta es sí. Entonces, si el vehículo es claro, si el proceso es inclusivo, por qué no participar. Para mí hay un sentido completo. No lo conservamos, lo vivimos.